24 de octubre de 2009

De paso...


Están de paso... los gansos.
Vuelan de norte a sur y nos deleitan con sus graznidos de otoÑo.
Cuando ellos vienen, ya no hay vuelta atrás.
El verano acabó y el otoÑo está en su mejor etapa.

Otras aves, más leales, más resistentes, se quedan a las orillas del Rin y de arroyos de la región y se preparan para su largo sueÑo, del que sólo despetarán cuando el sol nos muestre de nuevo su mejor cara, y todo se vuelva verde, amarillo, rojo... multicolor, otra vez.

Esta época también tiene su encanto, con su colorido rojizo, anaranjado, amarillento.
Me gusta pasar las horas a la penumbra del fuego, leyendo un libro y oyendo el viento fuera, el agua al caer contra el tejado, el sonido de la naturaleza.
Y es que soy afortunada, de vivir en este lugar lejos del estrés de las ciudades, donde el mundo todavía está en orden. Los bosques del Westerwald, de árboles centenarios y tradición granjera vuelven en esta época del aÑo a su mayor esplendor devolviendonos la calma interior que necesitan nuestros cuerpos.

Los que estais aquí y podeis... disfrutadlo!

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